El arte urbano llega a los museos con Felipe Pantone
Un poco de la historia de este artista argentino residente en Valencia que llevo el arte urbano a exposiciones de lujo en todo el mundo
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Felipe Pantone: el grafiti que se volvió digital y conquistó el mundo
Si alguna vez te cruzaste con un mural lleno de colores neón, degradados hipnóticos y formas geométricas que parecen moverse mientras los miras… quizá estabas frente a una obra de Felipe Pantone, uno de los artistas urbanos más reconocidos del panorama internacional.
Nacido en Buenos Aires en 1986 y criado en España, Pantone comenzó en el mundo del grafiti bajo el seudónimo PANT1. Lo que empezó como trazos rápidos en paredes se transformó, con los años, en un lenguaje visual que combina la energía del arte callejero con el vértigo de la era digital.
Del spray a la pantalla
Formado en Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, Pantone encontró inspiración en los grandes del Op Art y el arte cinético, como Carlos Cruz-Diez o Victor Vasarely. De ellos tomó la fascinación por el movimiento y la ilusión óptica; de la cultura digital, los glitches, los píxeles y el impacto visual inmediato. El resultado es un estilo que parece salido de un futuro retro: vibrante, veloz y siempre cambiante.
Obras que no pasan desapercibidas
Pantone ha dejado huella en ciudades de todo el planeta: desde Moscú a Bangkok, de Ciudad de México a Roma. En Valencia creó Optichromie, un mural de más de 500 000 azulejos pixelados que cubre la fachada de la Escuela de Bellas Artes. En Bélgica llegó a pintar un gigantesco código QR funcional que mezcla arte y tecnología en un solo gesto.
Su trabajo ha ocupado museos como el Palais de Tokyo en París o el Long Beach Museum of Art en California, pero también vive en las calles, donde mantiene el pulso con su origen urbano.
Colaboraciones de alto voltaje
La fuerza de su estética lo llevó a colaborar con marcas globales como Puma, Nike, Adidas, Hennessy o Zenith. Incluso diseñó coches para la escudería Alpine de Fórmula 1 y reinventó el icónico sillón Archibald para la firma Poltrona Frau. Y no se detuvo ahí: con Configurable Art, un proyecto digital lanzado en 2018, invitó al público a “jugar” con su estilo creando composiciones propias.
Casa Axis: un laboratorio creativo
En las afueras de Valencia, Pantone levantó Casa Axis, una especie de nave espacial convertida en residencia artística. Allí combina estudio, oficinas, jardines con esculturas y espacios de exhibición, con la idea de impulsar el intercambio creativo a nivel internacional.
Un artista enmascarado
Parte del magnetismo de Pantone es el misterio que lo rodea: muchas veces aparece en público con casco o gafas enormes, casi como un superhéroe del arte. Prefiere que sus obras hablen por él, brillando con la misma fuerza en un museo, en la fachada de un edificio o en la pantalla de un móvil.
Felipe Pantone no solo pinta paredes: construye experiencias visuales que nos recuerdan que vivimos en un mundo híbrido, donde lo analógico y lo digital ya son inseparables. Su obra es, en definitiva, un espejo de nuestra época: rápida, vibrante y llena de movimiento.






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